¡Pero hombre! ¡¿Qué te ha pasado?!

Sin dudas ese sería un gran título para un artículo sobre Dan Colman, el pibe de 23 años que de repente se encontró con quince millones de dólares, y no supo qué hacer con ellos.

Ni bien hubo ganado el One Drop Million –el torneo a beneficio de la ONG One Drop que intenta llevar agua potable a las poblaciones que no la poseen- la prensa corrió a buscar su nota, pero este jugador de poker –el que más ha ganado en un torneo hasta el momento- no quiso hablarles, en lugar de eso dijo “no le debo nada al poker”, y hay una sola foto con Dan sonriendo luego del evento.

¿Opiniones? Todos los jugadores de poker del mundo lo comprendieron. Luego de unos días dijo que el poker es un juego que causa mucha miseria. Y ahí lo comprendieron más que nadie.

El pibe nos había dado a todos una lección, luego de haber ganado un torneo. Extraño. ¿Verdad? Un joven que acaba de ganar quince stacks de “ultra high society” no se alegró.

¿Te imaginás –preguntó Lee Davy, escritor especializado- haber ganado quince millones de dólares haciendo lo que te gusta, y no sentir absolutamente ningún placer?
Y ahí, quienes leímos la columna del británico Davy, comprendimos otra faceta de lo que había pasado.

Dan no está enojado con los medios, ni con el poker. Dan se siente vacío. El placer que suponía brindarle ganar 15 palos verdes, le consumió el espíritu.

Para él, ese era dinero mal habido, y no fue a donarlo a One Drop, entidad benéfica que organizaba este torneo, sino que lo embolsilló, o, lo que es lo mismo, embolsilló lo que le quedó porque seguramente jugó bancado.

Así que… Mejor se hubiera sentido, si hubiese tenido fe y hubiese pagado la entrada de su bolsillo –pero no, no lo hizo probablemente- y ahora se está dando cuenta de que probablemente no vuelva a tener la oportunidad de poner 1.000.000 de dólares y ganar 15.000.000.

¿Ven? A eso se reduce el poker “gracias” al bancaje. Quien realmente se debería llevar el premio (el que juega como se debe y con todas las de la ley) no tiene Bankroll para pagar 1 palo verde en un Buy-in. Ni por joda.

El mismísimo Daniel Negreanu, vendió “acción” luego de ganar 8 millones con su merecido segundo lugar, les agradeció a todos sus accionistas en un Tweet, y suponemos también en privado, y lo hizo públicamente y lo hizo para las cámaras.

Hasta Colman, Negreanu ostentaba el título de 2do jugador de poker que más dinero ha ganado en torneos internacionales. El primero, si mal no recuerdo, era Esfandiari, a quien todos vimos escondiendo la cabeza luego de haber ido All in con A5 en ese mismísimo torneo.

Si tenemos en cuenta todas estas cosas, más el hecho de que ese torneo juntó 4,6 millones de dólares para la entidad, no podemos negar que este evento seguirá dando que hablar.

Ya dejó de ser “ese torneo que juegan los que tienen mucha guita”, para ser –según creo- uno de los más dramáticos de todos los tiempos. Un torneo con más aristas de las que el simple espectador podría ver.

Ser jugador de poker no es lo mismo que ser abogado o médico, o presidente de los Estados Unidos. Ser jugador de poker es un sueño de veras, no un sueño de ser abogado, médico o presidente. ¿Vos, soñarías con ser Barak Obama? –ojo, ser negro en EEUU viene con el paquete-

No, Dan cumplió su sueño, en el más alto nivel que te puedas imaginar (15 palos verdes) y ¿Qué sintió, quiénes somos para juzgarlo? Tal vez algún conocido de Dan quedó en la ruina total por el juego, e incluso por el poker. Vaya uno a saber que hizo que este jovencito dibujara una línea en el piso para mantener a raya a la prensa.

Digo todo esto, porque yo también lo comprendo, aunque de ninguna forma comparto lo que dijo o piensa.
El poker es un deporte que, por desgracia, es jugado por profesionales y por “idiotas de la mesa”. Y generalmente, arruina a estos últimos.

Y los arruina casualmente porque no les interesa mejorar. No es típico de un jugador de poker, es típico de un “jugador”. Por eso, uno de los capítulos de la columna de nuestro jefe dice que “El poker, NO ES para jugadores –y nunca lo será-
El gran escritor de poker que tanto admiro, Lee Davy, declara públicamente que “tiene un problema con el juego”, paralelamente empezó su carrera intentando ayudar a personas con problemas de alcoholismo, no obstante, hoy por hoy, está destinado a ser uno de los grandes escritores “de juego”, o mejor dicho “de poker” –que no es lo mismo-
¿Dije que no comparto con Dan Colman el hecho de no deberle nada al poker?
Sí, al poker le debo levantarme por la mañana e ir a un trabajo que realmente me gusta, cosa que no sucedía desde hacía más de una década –tengo 44 años y es la segunda vez en mi vida que hago lo que me gusta para vivir-

Lo siento, Dan. Te comprendo, pero nada más.

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